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viernes, 9 de agosto de 2024

Niño bueno, niño malo.

 









Niño bueno, niño malo.

 

En un apartado pueblo vivía una familia de campesinos dedicados al cultivo de hortalizas, frutas y cría de animales domésticos. Tenían un par de hijos gemelos a los cuales querían mucho, se llamaban Luis Alejandro y Pedro Miguel. Los pequeños fueron creciendo, pero los padres pronto notaron ciertas diferencias por ejemplo Luis Alejandro era muy travieso y juguetón, le hacía maldades a los animales mientras que Pedro Miguel era todo lo contrario. La madre de ambos doña María le preocupada aquella situación razón por la cual se lo comentaba a menudo a su esposo don Carlos Calatrava quien continuamente reprendía a Luis Alejandro de manera severa y ruda.

Un día mientras visitaba la iglesia del pueblo doña María decidió conversar con el sacerdote sobre el caso ya que alarmada por encontrar a un pequeño gato colgado en uno de los árboles del jardín, al preguntar a su hijo Luis Alejandro este admitió de manera muy tranquila que el pequeño gato se había comido unos de los ratones del bosque, razón por la cual había decidido colgarlo del árbol como escarmiento para los demás gatos.

Después de escuchar con atención el relato, el sacerdote Rogelio Castañeda le pidió que en la próxima reunión llevara al niño para hablar con él y aconsejarlo sobre los aspectos del bien y del mal. Así sucedió, la siguiente semana doña María se llevó a Luis Alejandro a la misa. Una vez terminado el oficio religioso el sacerdote decidió sentarse junto al pequeño de nueve años para conversar un rato:

-Hola Luis Alejandro soy el padre Rogelio-

¿Dime como te sientes?

-Muy bien padre, me siento contento de visitar la casa de Dios-.

¿Y dime has hecho algo malo recientemente de lo cual quieras hablarme?

-Bueno padre, algo malo como hacerle daño a otra persona, no creo-

-Por cierto, hace unos días decidí colgar a un pequeño gato de un árbol porque se comió a un ratón del bosque-.

¿No crees que eso es algo malo Luis Alejandro?

-No padre todo lo contrario   el gato se comió a ese pequeño ratón, que a lo mejor andaba en busca de comida para su familia-.

-Eso no lo sabemos Luis Alejandro-

¿no te has preguntado que el gato también andaba en busca de comida para su familia?

-No lo creo padre, porque yo he visto a mi madre echarle todos los días comida a esos gatos que tenemos en nuestra casa-.

-Bueno Luis Alejandro quiero pedirte que no vuelvas a colgar gatos en los árboles de tu casa-

-No le prometo nada padre, porque eso sería como pensar que usted deja entrar en esta iglesia, solo a los buenos y excluye a los malos-.

Terminada la conversación el sacerdote se acercó a doña María y le comento en vos baja:

-Debo decirle que tiene usted un niño muy inteligente para su edad, con una capacidad de análisis y reflexión asombrosa. Su corazón tiene un lado bueno y uno malo. Démosle tiempo para que crezca y veamos su comportamiento como adolescente-.

Pasados los años, aquellos niños crecieron y ya convertidos en adolescentes se marcharon de aquel pueblo para estudiar en la ciudad. Pedro Miguel decidió estudiar leyes mientras que Luis Alejandro estudiaba veterinaria. En cierta ocasión regresaron al pueblo a pasar el receso escolar y estando de compras en el mercado, se encontraron en una calle el joven Luis Alejandro y el padre Rogelio:

-Hola hijo, que bueno que te encuentro-.

¿Deseaba preguntarte como te va con tus estudios?

-Excelente padre Rogelio y recordando nuestra vieja charla en la iglesia le diré que con mis estudios de veterinaria he aprendido a controlar mi lado bueno y mi lado malo-.

¿Puedes explicarme como lo has logrado hijo?

-Bueno padre escuche con atención, con mis estudios me he dado cuenta por ejemplo que existe un procedimiento científico por medio del cual, se puede controlar la reproducción en los animales y así mantener el equilibrio en la naturaleza ósea que no hay necesidad de matar animales indiscriminadamente como yo lo hacía cuando pequeño. Vio que si pueden convivir lo bueno y lo malo-.

-Hijo ese es un milagro del cual quiero conversar con tu querida madre-.

Mientras Luis Alejandro continuaba con su recorrido de compras por el mercado, el padre Rogelio reflexionaba en silencio sobre aquella interesante conversación.

 

Fin.


Autor:  Manuel Ibarra  

Caracas/Venezuela 

09-08-2024  

Derechos reservados.


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