Feliz martes: 26-07-2022 apreciados lectores, de este blog de Literatura infantil y juvenil. Hoy comparto uno de mis cuentos fantasticos y humorístico, representativo de esa deliciosa golosina, que a todos nos gusta en especial a los niños. Me refiero al chocolate. Espero sea del agrado de todos ustedes y no olviden de comentar y seguir este blog.
Huevos de chocolate.
En las afueras de Río Chico vivía una señora a la que todos conocían como doña Carmela, la cual se dedicaba al cultivo de hortalizas y también tenía aves como gallinas, patos, guineos, pavos, palomas. En el extenso terreno habían árboles de guayaba, mangos, naranjas, limones, café y cacao. Doña Carmela de vez en cuando hacia unas ricas tortas de diferentes sabores, las cuales vendía a sus vecinos asi como también vendía los huevos de sus numerosas gallinas.
Un día la anciana no encontró maíz para alimentar a las aves del corral, en especial a sus gallinas, razón por la cual decidió echarles frutas del cacao que tenía almacenado en unos sacos. Entonces sucedió algo mágico cuando una gallina puso un huevo muy extraño y cuando comenzó a cacarear, el gallo se acercó para verlo y noto que era muy distinto a los huevos tradicionales de sus gallinas, ya que era muy brillante y de color marrón, muy intrigado comenzó a picotearlo y noto que su sabor era muy parecido al chocolate. Sorprendidos decidieron esconderlo debajo de unos troncos de madera, en un aparto rincón del gallinero y guardar el secreto .
Fue pasando el tiempo y cada vez que una gallina ponla un huevo, el loro le avisaba a doña Carmela para que fuera a recogerlo, lo cual disgustaba a las gallinas porque de esos huevos eran que nacían sus pollitos. Por fin el chismoso loro descubrió un día el secreto tan bien guardado por el gallo y sus gallinas, entonces decidió chantajearlos con las siguientes palabras:
-Escuchen bien y presten atención porque si no me complacen en lo que yo les pida. Entonces le diré el secreto a doña Carmela-.
Inmediatamente el gallo respondió:
-Por favor lo que tú pidas lorito, pero guárdanos el secreto-.
Ese día el loro pidió comer manzanas y seguidamente el gallo salió volando a conseguir las frutas. El segundo día el loro se acercó al gallinero y pidió comer peras. Inmediatamente las gallinas seguidas por el gallo salieron en busca de la deliciosa fruta. Al tercer día el loro se antojó de comer guayabas y las asustadas gallinas volaron a buscarlas. La semana siguiente el loro le dijo al gallo que deseaba comer uvas frescas del mercado y por más que el gallo busco por todas partes y lugares no encontró las uvas. Molesto ya en horas del mediodía y sintiendo mucha hambre el loro le dijo a doña Carmela:
-rúa, rúa, rúa si me compras uvas te dire un secreto-.
Sorprendida doña Carmela consiguió dinero con una de sus vecinas y se fue al mercado a comprar uvas frescas para su loro. Después de comerse todas las uvas y de sentirse muy satisfecho el loro volo hacia el gallinero mientras el gallo y sus gallinas observaban como el loro señalaba a la anciana el lugar donde estaban escondidos los huevos de chocolate. Inmediatamente doña Carmela los echo en una cesta y se los llevo hasta la cocina. Pasados unos minutos doña Carmela rompió uno de aquellos huevos, al probarlo noto en su boca un rico sabor a chocolate.
Al día siguiente la anciana preparo con parte de los huevos una enorme torta rellena de chocolate, la cual vendió a una de sus vecinas. A partir de ese día la fama de doña Carmela y sus tortas de chocolate, se expandió por todo Río Chico, al punto que desde apartados lugares y caseríos de Barlovento, viajaban hasta su casa para comprar la rica y deliciosa torta. Doña Carmela no le decían a nadie su receta siempre afirmaba que era una receta de familia.
Pasados los meses la anciana coloco un letrero tipo aviso frente a la puerta de su casa, en donde señalaba la venta de tortas, golosinas y también huevos rellenos de chocolate, los cuales por cierto eran una delicia para los estudiantes y niños del lugar. Pasaron los años y ya muy anciana doña Carmela dejo en manos de sus nietas aquel negocio familiar, cuyo aviso muy luminoso y peculiar se ve en una de las calles de Río Chico que dice:
-Sea usted bienvenido a saborear tortas golosinas y huevos de chocolate. Invita la familia bencolate-.
Fin.
Autor: Manuel Ibarra
Caracas/Venezuela
26-07-2022
Derechos reservados.
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